El ángel del abuelo
Jutta Bauer
Ilustraciones de la autora.
Traducción de Lorenzo Rodríguez López.
Salamanca, Lóguez Ediciones, 2002. Colección Rosa y manzana.
Muchas son las historias para niños que giran en torno a la relación entre abuelos y nietos.
“Al abuelo le gustaba hablarme de su vida”, se lee en el comienzo de esta bellísima historia. Y la ilustración nos muestra al pequeño protagonista asomándose por una puerta entreabierta. Puerta que funciona como metáfora: por un lado, le permite asomarse a la habitación de su abuelo en el hospital; por otro, a la vida llena de aventuras que le relatará el anciano.
Texto e imagen se unen para narrar la historia de este abuelo valiente, que no temía a nada ni a nadie. Pero a quien vemos salvado en las situaciones más insólitas por un ángel que lo sigue de cerca para evitar que salga herido. Lo que el texto no menciona sí podemos verlo en las ilustraciones: la vida del abuelo tiene un trasfondo histórico y social determinado, el de la Segunda Guerra Mundial en Alemania.
La muerte del abuelo -que ha vivido una vida intensa y maravillosa (“Me enamoré… me convertí en padre, construí una casa… me convertí en abuelo. Realmente, fue bonito…”)- no se menciona directamente; el niño abandona en silencio el hospital cuando su abuelo, cansado, cierra los ojos. En la última ilustración, el ángel (que sabe que el abuelo ya no necesitará su ayuda) sale en busca del niño.